No existen preferidos
Más allá de los
márgenes
Ni tienen derecho
Los que miran
A dudar del sueño.
Es certeza reunida
La
que sobra
Cuando se ha iniciado
La partida.
Tantos han
sido
los besos y
tantos los adioses
que sólo los niños
recuerdan el futuro como si
fuese ayer.
La mujer deletrea los nombres
mientras
entre
todos
encarnamos los
sueños.
Mer, besos sin manos
La luz funámbula Hace del día un
alambre
Entre tu corazón y el alba Camino
Como un perro
Sobre este Mar de Asombro
Mensajes en los días aciagos cuando
los amigos del alma, la
luna de sus derrotas se
enamoró
hacia el oeste
arden los huesos de los días pero
a mis espaldas
la luz de
vuestro hogar
me acuna.
Mi alma jamás
alcanzará la locuacidad
de
las ramas es tan suave alcanzar el grado brutal
del silencio
que la palabra
administra todo lo inútil
de los días.
Cracatea el alma
Ante las fauces de
espuma
Inofensiva la mar Todos los sueños
Carne de mi carne
Como una pluma el cielo Como
una pluma el bosque
Y el sol cayendo
Como hierro dulce
Y mi corazón helado
Como este mar
sin
sueño.
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