con los oidos cerrados
escucho con los ojos
la inefable ternura
escucho con los ojos
la inefable ternura
bocetos del sueño, pinturas de la dulce rabia, postales rojas de dorsos amables, imagenes de la pena negra y de la lucha continua, de la utopia en la mano y de los pasados pluscuanmperfectos donde ya sabeis que anidan las aves del paraiso, pero nosotros solo queremos sentarnos en la puerta de nuestra casa, compartir una mesa y bailar y cantar hasta que los besos nos llamen.
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