los mapas de la luz, de Victor Novas

Ahí la superficie en blanco, abierta a la canal, sobre si misma, y sucede algo inaudito, como en la nieve, un color que bebe, un color que pía, que se posa sobre un trazo, sobre una linea en fuga; la vibracion de lo visible en el ojo del que mira aún ausente. Un largo estampido se derrama manchando la certeza, y rebosante la luz germina: perro, mano, flor, ojo, labio, herramienta, niño, todo, todo sobre el osado animal en blanco.
Todo adora la respiracion tangible de esos trazos que se aparean y crían como en el origen del mundo.
La mirada del que pinta, taller laborioso. Y desde esa mirada el corazón del pintor sopla la forma de lo intangible, el color del envés de las cosas que nos lamen o nos ladran, nos ignoran o nos salvan.
El que pinta, rumia el desvelo hasta componer el admirable misterio de lo cotidiano.
Transformación, Metamorfosis, fotocopias animadas por los dedos incansables de sus ojos. Humilde, osado, descarnado en los talleres del alba, al fondo, mas al fondo, donde las sombras custodian toda la luz que esconde su paleta, elabora con cruda ternura mapas del alma, del alma de las cosas, mapas, cuadros, pinturas, incluso de tu chiquita verdad para andar por casa, y no solo por casa cuando es tu mirada la que los despliega de nuevo al mirarlos, y el tiempo es tuyo, nuestro, cada vez que los contemplas


Aí a superficie en branco, aberta á canle, sobre se mesma, e sucede algo inaudito, como na neve, unha cor que bebe, unha cor que pía, que se pousa sobre un trazo, sobre unha linea en fuga; a vibracion do visible no ollo do que mira aínda ausente. Un longo estampido derrámase manchando a certeza, e rebosante a luz germina: can, man, flor, ollo, beizo, ferramenta, neno, todo, todo sobre o ousado animal en branco.
Todo adora a respiracion tanxible deses trazos que se aparean e crían como na orixe do mundo.
A mirada do que pinta, taller laborioso. E desde esa mirada o corazón do pintor sopra a forma do intangible, a cor do envés das cousas que nos lamen ou nos ladran, ignórannos ou nos salvan.
O que pinta, rumia o desvelo ata compor o admirable misterio do cotián.
Transformación, Metamorfose, fotocopias animadas polos dedos incansables dos seus ollos. Humilde, ousado, descarnado nos talleres do alba, ao fondo, mais ao fondo, onde as sombras custodian toda a luz que esconde a súa paleta, elabora con crúa tenrura mapas da alma, da alma das cousas, mapas, cadros, pinturas, ata da túa chiquita verdade para andar por casa, e non só por casa cando é a túa mirada a que os desprega de novo ao miralos, e o tempo é teu, noso, cada vez que os contempla